Metáfora del atraco (víctima & locus de control interno)
Hoy os traigo algo pequeñito y sencillo para reflexionar
Con la resaca de estas semanas intensas con la “criatura”, me pongo a escribir tirando de mi huerto digital (lugar donde planto ideas que me voy encontrando, regándolas con otras, podando, injertando… y, a veces, con frutos muy inesperados).
Cuando una persona en consulta se da cuenta de que ciertas cosas que ella hace están relacionadas con ciertas cosas malas que le ocurren, suele sentir culpa. Entonces, a veces, intervengo con esta breve metáfora.
Tengo una reunión de trabajo en otra ciudad. Antes de coger el tren de vuelta, doy un paseo y me atracan. ¿Soy culpable? ¿Soy responsable?
La respuesta, sin discusión, es no. No a ambas preguntas. El único responsable ante un juez es el atracador.
Otra cosa es que yo me pueda plantear cuestiones para intentar (subrayo, intentar) que no me vuelva a pasar. Por ejemplo, puedo informarme sobre qué zonas son peligrosas en determinada ciudad o ir atenta cuando callejeo por zonas desconocidas.
Me explico. La anterior analogía la utilizo a menudo en consulta porque pareciese que solo existiesen dos posiciones irreconciliables: o me siento víctima o me siento culpable. En «víctima» no hay culpa pero hay indefensión. Y en «culpable», lo contrario (culpa pero no indefensión).
Todos sabemos lo mal que nos hace sentir la culpa. Lo que pasa es que sentirme indefensa, maniatada a merced del azar y de las maldades del otro, tampoco es “agradable”. Ser como un objeto, sin poder hacer nada ante lo que sucede, no mola nada.
Entonces, con la metáfora del atraco trato de mostrar que es posible ser víctima de un suceso y a la vez sentir que tengo cierto «locus de control interno».
Por ejemplo, cuando una persona me hace una faena por envidia, evidentemente la culpable es ella. Pero, a la vez, si veo que es algo que se repite en mi historia, puedo pararme a pensar un poco si hay algo que yo hago o transmito que puede favorecer estas situaciones (dejando a un lado que yo sea super guapa, super lista y super buena). No para cambiarlo, sino para ser consciente de ello y así decidir con más perspectiva.
¿Se entiende la idea?
El concepto de «locus de control interno» lo estudié en la carrera en la asignatura psicología de la personalidad, creo, junto a la indefensión aprendida de Seligman y otros conceptos similares de Bandura.
El locus de control interno (Teoría del Aprendizaje Social de Julian Rotter) se puede definir como la creencia de una persona de que los eventos de su vida están en parte bajo su propio control y son resultado de sus propias acciones y decisiones.
Lo complicado de llevar estos conceptos de la psicología cognitiva al trabajo con pacientes (incluso al trabajo con uno mismo) es, entre otras cosas, no despertar al superyó (o no despertarlo demasiado). Aquí habría muchos hilos de donde tirar, pero será en otra ocasión.
✨ Encuentros
Hoy os traigo un vídeo titulado «Un hombre pobre y soltero de mediana edad, una vida diaria tranquila y feliz» de un tipo japonés. Podéis configurar los subtítulos en cualquier idioma.
A veces he visto vídeos japoneses por su ritmo lento y su delicadeza con los detalles. Pero este añade el extra de que el entorno es una habitación cutre. Si os apetece, lo conversamos en los comentarios.
Que tengáis un bonito día 🙏 #mapas-psicologia