Una definición
La creatividad para mí es hacer algo nuevo con lo que hay o percibir algo nuevo en lo que hay (aunque esto segundo lo denomino con más frecuencia “apertura” o “escucha”).
El ser humano es creativo por naturaleza, aunque, por supuesto, hay personas más creativas que otras.
Dos tipos de creatividad: la “práctica” y la “artística”
Reflexionando sobre el tema, se me ha ocurrido que podemos hablar de dos tipos de creatividad: la creatividad “práctica” y la creatividad “artística” (evidentemente se trata de una distinción artificial que solo pretende ayudarnos a pensar).
La creatividad “práctica” está relacionada con nuestra capacidad de adaptación e innovación. Incluye inventos, descubrimientos y teorías. Ejemplos: la fregona de Manuel Jalón (1965), la teoría de la relatividad de Einstein, hacer una cena para tus hijos con una nevera escuálida, vestirte con un brazo escayolado, resolver problemas en general.
La creatividad “artística”, por su parte, la asocio con nuestro anhelo de maravillarnos, de magia, de belleza, de disfrute, de conexión. Y también con la necesidad humana de simbolizar, tanto en nuestro desarrollo desde bebés, como para digerir cosas difíciles. Somos el único animal que busca sentirse vivo y las artes y el vivir una vida creativa nos ayuda a ello.
Ejemplos de creatividad “artística”: decorar tu fregona con estrellitas, inventar un cuento para tu hijo, customizarte una camiseta vieja; elaborar una lista de reproducción para una fiesta; hacer fotos maravillosas…
Curiosamente, estos dos tipos de creatividad ya las encontramos en el paleolítico con las primeras herramientas humanas, respecto a la primera, y con las pinturas en las cuevas, en cuanto a la segunda.
Dos maneras de entenderla: creatividad activa o contemplativa
Por otra parte, considero que existen dos maneras de entender la creatividad. Ambas comparten el mismo fondo y siempre van unidas, pero hay personas y temporadas más tendentes a una u a otra. Me refiero a lo que podemos etiquetar como una creatividad “activa” frente a otra “contemplativa”.
La creatividad activa correspondería más a lo que la mayoría entendemos como “creativo”, es decir, al arte de hacer cosas chulas. Y la contemplativa al arte de percibir la belleza y la magia, descubriéndolas, en vez de construirlas (como hace la primera).
En la famosa frase de Picasso “que la musa me pille trabajando”, lo primero sería creatividad contemplativa y lo segundo, creatividad activa.
No sé si me hago entender. Así que voy a enumerar a continuación polaridades forzadas y artificiosas para intentar que se capte algo más de la esencia de estas dos formas de crear:
Tener que presentar mañana ideas para una determinada campaña publicitaria VS. Un embarazo.
La imagen que se suele mandar en Nochevieja de “libro en blanco con 365 páginas: comienza una buena historia” VS. La frase de Jacques-Alain Miller: «descifrar el inconsciente… ese libro con tirada de un solo ejemplar cuyo texto virtual llevas por todas partes y en el que está escrito el guion de tu vida, o al menos su hilo conductor».
Pensar VS. Leer mis pensamientos.
Ser un genio VS. Tener un genio (daimon, musa). Dedicaré una carta a esta distinción de Elizabeth Gilbert, que tanto me gusta.
El hacer, y hacer, de la cultura occidental VS. El no-hacer del budismo zen o del Wu wei del taoismo.
Definir rumbo y navegar, remar VS. Surfear.
Vivir es el proceso creativo por excelencia
Vivir es el crear mi particular y único camino, paso a paso, suspiro a suspiro.
A vista de pájaro se puede ver mi singular trayectoria vital, que se fue conformando según lo que me fue llegando y lo que fui eligiendo. A la vez, en cada momento la vida se va creando y recreando. Y esto segundo es lo importante porque la vida, en realidad, es solo ese proceso, ese proceso creativo. Es decir, la vida es un baile, no una película ni una saga de novelas.
Incluso nuestra manera de percibir es un proceso creativo. La mayoría inconsciente (lo veremos cuando hablemos de las “gafas”). Pero también podemos trabajar para hacerlo consciente y cultivar la apertura y la escucha.
Es verdad, no obstante, que mi vida puede ser más o menos creativa. Y eso lo noto en cómo me siento de vivo, de conectado, de sumergido en la magia, en la belleza y en el asombro.
«Cuando hablo de “vivir creativamente”, hablo de vivir una vida que esté guiada por la curiosidad antes que por el miedo» —Elizabeth Gilbert.
En futuras cartas
Con “Creatividad y magia” iniciamos esta temática. Lo siguiente, aunque no sé cuándo, será algo de esto: “Efectos” hacia dentro y hacia afuera; obstáculos; herramientas; misterio, magia, lo sagrado y lo profano; creatividad y psicoanálisis.
Os deseo una semana salpicada de maravillas.