Llevamos ya tres cartas sobre creatividad. La de hoy también lo es, pero solo en parte porque, como dice el título, tratará específicamente de escribir para vivir mejor.
Existen numerosos estudios sobre la influencia de la escritura sobre la salud. Y son muchos los autores que la nombran como su tabla de salvación.
Otro día hablaré de ello. Hoy lo que quiero compartiros es un esquema, lo más sencillo posible, de cómo al común de los mortales nos puede ayudar escribir solo para nosotros mismos (es decir, no para leerlo en una boda, por ejemplo). Y lo voy a hacer centrándome en cuatro de sus ventajas.
Será, a pesar de ello, una carta larga (pensé en dividirla en dos entregas). Pero voy a facilitar la lectura todo lo que pueda para que tengáis una vista de pájaro de este instrumento tan accesible y tan mágico, que llamamos escritura.
Escritura y salud en cuatro puntos
Primero, escribir permite que mi mente esté en el ahora
Me viene algo a la mente, o ese algo me lo dice alguien, lo escribo y continúo con lo que estaba sin despistarme.
Ese algo puede ser una idea, algo a recordar (citas, tareas, datos) o algo a explorar.
Unas dos veces al día organizo lo anotado colocando cada cosa en su lugar (calendario, lista de tareas, ideas, recomendaciones de series, etc.).
Se puede utilizar para ello una libreta o un grupo de Whatsapp con uno mismo (donde además puedes dictar con voz). Yo prefiero el “inbox” de otra aplicación porque lo del papel me resulta muy complicado por mi discapacidad y el Whatsapp me dispersa. Pero lo importante es que sea algo que lleves siempre encima (fuentes: GTD de David Allen y CODE de Tiago Forte).
Creo que era Einstein el que decía que él no usaba libreta para capturar las ideas que se le ocurrían porque, si eran importantes, volverían. Yo, respecto al autoconocimiento, que es mi terreno, apunto que cuando surge algo del inconsciente, o lo coges al vuelo, o vuelve a sumergirse hasta vete tú a saber cuándo.
Por otra parte, al actuar así evito despistarme de lo que esté haciendo y libero recursos de mi memoria de trabajo (ya no lo tengo que tener en la cabeza, por lo que estoy fresca en el ahora).
Según parece, Einstein también decía «El papel es para escribir las cosas que tenemos que recordar. Nuestro cerebro es para pensar».
Segundo, escribir hace que el trascurrir del tiempo tome carices bien diferentes e interesantes
Lo más sencillo para experimentar esto es anotar cada día una frase y al tiempo leerlas todas seguidas.
Os dejo sugerencias: ¿qué ha hecho este día diferente? (¿qué pasó hoy, que no haya pasado antes?); qué quiero recordar de hoy; cómo me siento y qué he hecho; o algo pequeñito que agradecer.
Tercero, pensar y rayarse, mejor escribiendo que dentro de mi cabeza
Este “mejor” lo veremos en torno a seis palabras: calma, desahogo, claridad, histórico, apertura, distancia. Vamos a ello.
La escritura puede dar calma porque la mano no puede ir tan rápido como la mente.
La escritura puede ofrecer desahogo porque saco el embrollo de mi cabeza, lo deposito en el papel y lo dejo ahí.
La escritura puede aportar claridad porque los pensamientos dentro del cráneo son confusos. Fuera se ven mejor. Se pueden separar y ver si tienen sentido, sus derivaciones, etc.
La escritura puede dejarnos un histórico porque lo escrito se puede revisar a las semanas, mientras en la mente esto resulta muchísimo más complicado, además de que los recuerdos se modifican por variados factores. Se puede ver, por ejemplo, cuántas de mis preocupaciones se han cumplido o encontrar patrones que se repiten.
La escritura puede brindar apertura. Me permite hablar conmigo mismo, escribir lo que me diría mi mejor amigo, profundizar en lo que siento, dejar emerger mi lado oscuro sin juicios, y también mi intuición…
Por último, la escritura permite distanciarse de uno mismo y de lo que nos ocurre. Y esto es sanador.
Y cuarto, poner palabras es simbolizar
Los humanos necesitamos simbolizar tanto para nuestro desarrollo desde bebés como para metabolizar cosas feas (el trauma, por ejemplo, aparece cuando mi mente no puede simbolizar un suceso demasiado horrible).
Escribir ya sea mis vivencias, ya sea ficción o poesía, tiene este poder de simbolizar. No me voy a extender hoy. Pero las citas con las que cerraré esta carta, lo muestran bellamente.
Recursos
En internet podéis encontrar infinitud de recursos para inspiraros. Algunos más centrados en temas de productividad, otros en desarrollo personal y también los hay más específicos (creatividad; terapéuticos, etc.).
Os dejo varias listas por si queréis investigar. Pero ojo con perderos. Si queréis probar con esta “herramienta del escribir”, cuanto más sencillo y conforme a vuestra naturaleza, mejor. Y para que veáis la sencillez que defiendo, la última lista corresponde a lo que, a veces, les paso a los pacientes
Tres conceptos
el journaling (término anglosajón para el concepto, de toda la vida, de llevar un diario)
la escritura expresiva
la escritura automática (en esta última se basa el ejercicio de las “páginas matutinas” del libro El Camino del Artista).
Ejemplos de tipos de diarios (journaling)
Diario estoico, diario intersticial, diarios minimales (Bullet Journal, atomic journaling, micro journal), Theme System journal, diario de gratitud, Five Minute Journal, Diario Intensivo de Progoff…
Cinco expertos en escritura expresiva
Marisé Barreiro Abal
Kathleen Adams (libro “Journal to the Self: Twenty-Two Paths to Personal Growth”)
Silvia Adela Kohan (libro “La escritura terapéutica”)
Julia Cameron (libro “El camino del artista)”
Tristine Rainer (su clásico “The New Diary” fue reeditado en ebook en 2020 y solo vale un euro, aunque está en inglés).
Sugerencia: llevar un diario de la terapia
Cosas importantes o raras de la sesión de hoy
Sucesos (incluidos sueños) de la semana(s) que asocio con lo hablado en terapia o que quiero comentar el próximo día
Qué me sirve / qué me sienta bien
Qué voy pensando de lo que me sucede y de lo que me ha sucedido
(Nunca me enseñarás lo escrito. Pero puedes leerme algo si así lo deseas)
Censor Interior
No quiero acabar este esquema sin nombrar al Censor Interior (así lo llama Julia Cameron). Sorprendentemente, es uno de los mayores obstáculos en todo esto. ¡Aunque sean textos solo para nosotros mismos!
Quiero escribir sobre ello en otra ocasión, porque lo trabajo mucho en consulta bajo otros nombres; y porque me parece fundamental conocer su funcionamiento y encontrar maneras de que no nos amargue la vida ni bloquee nuestra creatividad.
Por ahora solo quiero señalar que una manera de jaquearlo es: escribir lo más rápido posible.
Inspiraciones
«Se puede soportar todo el dolor si se pone en una historia o se cuenta una historia de él» Isak Dinesen.
«Cuando le preguntaron a Saul Bellow cómo se sentía después de ganar el Premio Nobel, respondió: No lo sé. Aún no escribí sobre ello» tomado del libro de Silvia Adela Kohan.
Sólo me aclararé y reconstruiré
como lo hice siempre:
escribiendo al impulso de la necesidad.
No tanto la de mostrar mi mundo a los demás
cuanto la de descubrírmelo a mí mismo,
para vivir en total plenitud
lo que estoy viviendo...
— J.L. Sampedro.
De 1978 a 1984 practiqué Zen formal con Dainin Katagiri Roshi (…) Hace tres años me dijo: ¿Por qué vienes a meditar? ¿Por qué no utilizas la escritura como práctica? Si te comprometes lo suficiente con la escritura, esta te llevará a donde quieras ir. —Natalie Goldberg en el libro El gozo de escribir.
El poema “Escribir” de Chantal Maillard es una auténtica maravilla expresando desde las tripas el poder de la escritura para sobrellevar la vida. Os lo dejo en dos enlaces y rescato uno de sus versos:
Chantal Maillard. El sentido del dolor. - YouTube (desde el minuto marcado en el enlace, lo podéis escuchar en voz de la autora).
Escribir para rebelarse. Os leo a Chantal Maillard - YouTube Luna miguel
«Escribo … para que el agua envenenada pueda beberse» —Chantal Maillard.
Yo tenía once años y, desde entonces, todo cambió. Perdí la inocencia y descubrí la soledad, la autoridad, la vida adulta y el miedo. Mi salvación fue leer, leer los buenos libros, refugiarme en esos mundos donde vivir era exaltante, intenso, una aventura tras otra, donde podía sentirme libre y volvía a ser feliz. Y fue escribir, a escondidas, como quien se entrega a un vicio inconfensable, a una pasión prohibida. La literatura dejó de ser un juego. Se volvió una manera de resistir la adversidad, de protestar, de rebelarme, de escapar a lo intolerable, mi razón de vivir. Desde entonces y hasta ahora, en todas las circunstancias en que me he sentido abatido o golpeado, a orillas de la desesperación, entregarme en cuerpo y alma a mi trabajo de fabulador ha sido la luz que señala la salida del túnel, la tabla de salvación que lleva al náufrago a la playa.
Mario Vargas Llosa.
En fin, os animo a probar, a ver si esto de escribir os sirve. Que tengáis una bonita semana.
P.D.: Llevo años siendo una friki del tema. Los recursos que enumero los conozco. Hay tanto material ya publicado que con este post solo he pretendido dos cosas: despertaros las ganas de escribir y ofreceros puntos de partida.
Hola. Me ha encantado, Mercedes. Además, lo que dices sobre el efecto terapéutico de la escritura es algo que mis alumnos me refieren continuamente. Sobre esto escribí también algo en su día. Es curiosa la coincidencia. Saludos!!
https://open.substack.com/pub/juanfplaza/p/escribir-para-amar-1042088?r=4zjl1&utm_medium=ios&utm_campaign=post